¿Cuánto cuesta hacer un vídeo corporativo? - IntuitivoFilms
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¿Cuánto cuesta hacer un vídeo corporativo?

¿Cuánto cuesta hacer un vídeo corporativo?

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Es la pregunta que muchos clientes tienen en la cabeza cuando comienzan a buscar alguien que les realice el vídeo que necesitan.

De hecho, es la pregunta que todos nos hacemos cuando necesitamos un producto o servicio. ¿Cuánto cuesta un viaje a Canarias? ¿Cuánto cuesta ese coche nuevo que me vendría bien? O, ¿una camisa?

Pues saber cuánto cuesta realizar un vídeo corporativo es más difícil de responder. ¿Por qué? Porque un vídeo es como un plato de cocina. Puede contener muchos ingredientes, o pocos, estos pueden ser más o menos lujosos/costosos, puede que se necesite la colaboración de otros cocineros, pinches o ayudantes para prepararlo, depende de si es para una sola persona (visto en un tablet) para varios (difusión en TV) o para muchos (pantalla grande de cine)

Así, nuestro ideal en IntuitivoFilms sería saber cuál es el presupuesto o margen que maneja el cliente, y con eso ofrecerle honestamente lo que se puede hacer. Pero claro, aquí la estrategia del cliente sigue siendo la que nosotros mismos aplicamos en otros ámbitos: “primero quiero saber cuánto cuesta…. vaya a que me digas un precio más bajo al que yo estoy dispuesto a llegar.”

Es comprensible.

Por ello, a veces, hemos pensado en realizar una tabla (como la carta de un restaurante) en la que un cliente, orientativamente, pueda saber cuánto puede costar realizar un vídeo. Pero, al final nos damos con una realidad y es que no podemos acotar, no podemos hacer una tabla lo suficientemente amplia, pues cada plato (vídeo) que realizamos es único, está enfocado y personalizado a cada cliente.

Habrá quien necesite 3 minutos y 20 segundos, con voz en off de mujer joven, con gráficos hechos por ordenador, timelapses, e ir a grabar a su fábrica…. O habrá quien sólo necesite 1 minuto con fotos de archivo y texto apareciendo en pantalla. Pero sea un vídeo corporativo complejo o uno sencillo, se realizará codo con codo con el cliente, se hará a medida para él. Por lo que hay tantos posibles precios como clientes.

Eso sí, siempre, de manera honesta y sincera, proponemos el presupuesto real de lo que cuestan los ingredientes de ese vídeo.

Es fácil hinchar el precio de un servicio, pero creemos que al final el cliente lo detecta, y que es contraproducente. Pues como decía aquel acertado slogan, no queremos que vengas, queremos que repitas. Así, nos gusta trabajar con la tranquilidad de que el precio es el justo.

Al igual, el otro polo: infravalorar tu propio trabajo, también es contraproducente. Rebajar el precio hasta que acepten tu presupuesto es negativo. Pues no podrás trabajar cómodo, no darás lo mejor y puede que incumplas lo pactado, pensando íntimamente que por ese precio no pueden pedirte más. Pero claro, el precio es al que tú has accedido. El cliente no tiene porque saber si es baratísimo.

Al final el cliente, quedará conforme con el precio en base al trabajo. Como nosotros en un restaurante, si quedamos satisfechos, saciados y con buen sabor de boca, habrá merecido la pena lo pagado. Si nos vamos con mal cuerpo, por poco que haya costado la comida, quedaremos insatisfechos.

Así, el precio ha de ser el real, el que tú mismo pagarías por ese vídeo corporativo. Con el que te sientes cómodo poniendo todo tu esfuerzo y talento.

Nuestra fórmula  es ofrecer al cliente, en base a la idea o necesidad que nos cuenta, dos o tres presupuestos: uno básico, uno estándar y otro avanzado.

Presupuestos en los que se expone la idea del vídeo y las partidas desglosadas de cuánto cuesta cada cosa.

Transparencia cuando no hay nada que ocultar.

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