4K, ¿a favor o en contra? - IntuitivoFilms
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4K, ¿a favor o en contra?

4K, ¿a favor o en contra?

4K-Ultra-HD-vs-Full-HD

 

El otro día, un amigo a través de Facebook me preguntaba si merecía la pena comprarse una cámara blackmagic, tuvimos una interesante conversación y terminé pensando que sería apropiado plasmar lo hablado en un Post que hable con mayor profundidad sobre los temas tratados, principalmente me gustaría detenerme y analizar el auge que está teniendo el 4 K, o mejor dicho, que nos están imponiendo.

Como suele ser habitual, lo primero que hice con mi amigo fue preguntarle para qué iba a usar la cámara. Como todos sabemos, es el uso habitual o más frecuente el que define la cámara (ordenador, coche, o boli) más apropiado para cada uno. Para todo uso que no sea profesional no recomiendo las blackmagic, pues la producción en 4K, más aún en RAW, conlleva un proceso de producción mucho más caro. Principalmente, como digo, si el interés es poder trabajar con tu propio equipo, editar en tu ordenador con Final cut o premiere pro, guardar lo grabado en tu disco duro, aprovechar las ópticas de las cámaras Dslr que seguramente ya tenías o que puedas conseguir. Las Blackmagic requieren mucho más espacio para guardar la información, me contaba un compañero profesional que se había comprado la pocket (osea incluso sin llegar a los 4K) que unos 128 Gb le daba para media hora de grabación. Por otro lado está el tema de las ópticas, sí, hay conversores, pero para aprovechar las características concretas de la cámara es mejor utilizar ópticas construidas de micro tres tercios, también añadamos el tema de las baterías, no tan baratas como las de las canon, y por último está la postproducción, si 128 Gb equivale a media hora, imaginad tener unas 10 horas de material filmado, el equipo necesario para mover y poder trabajar con todo ello debería ser no ya de última generación, sino contar con unas características tales que mínimo se tendrán que desembolsar unos 5.000 euros.

Todo esto que cuento parece muy obvio, si te compras un Ferrari se encarece también el mantenimiento, el garaje, el seguro, etc… Todo es más caro que con un Ibiza que puedes dejar aparcado en la calle. El problema es que por lo que voy viendo, y escuchando, no parece tan obvio, mucha gente se ha decantado, o quiere decantarse por estas cámaras dado su bajo precio, puedes conseguir la pocket por unos 700 € sin haber reparado en problemas como por ejemplo el tiempo que requiere realizar copias de seguridad de tarjetas de 128GB que se llenan en media hora, volcar esto conlleva mucho tiempo, y tiempo es lo que más cuesta en una producción.

Pero bueno me he desviado del 4K a las blackmagic, y quería hablar en general sobre este formato, o esta resolución. En lo que respecta al 4K sí que tengo una opinión bastante radical. Creo que no es necesario. Matizo, no es necesario para el 95 % de las producciones medias. Para cine y publicidad puede que sí, pero para la mayoría de usos que afrontan las productoras (medianas, pequeñas) videos corporativos, videoclips, publicidad de bajo coste, reportajes, cortometrajes, etc… Lo veo, sinceramente un derroche de dinero y tiempo. Un director de fotografía estará en desacuerdo conmigo, incluso muchos directores. Pero en todo el tiempo que llevo realizando y produciendo audiovisual lo que más me ha jodío siempre es el poco tiempo que finalmente se le dedica a la producción en sí. Y como decía antes, el tiempo es lo más costoso,  así pues la materia prima de la producción es el tiempo. Pues el 4K ralentiza los tiempos. Y OJO, que digo esto teniendo la vocecita de mi pequeño director de fotografía (aficionado), que se interesa por las novedades y que flipa cuando le dejan un móvil de última generación (Note III) que graba 4K, en realidad más que la pequeña vocecita de un director de fotografía, es la vocecita consumista que le gustan todo tipo de gadgets de última generación. Por ello trato de posicionarme en una postura racional, distante… tratando de «juzgar» atemporalmente, no condicionado porque acabe de salir tal cámara, tal tecnología, o estén bajando de precio alocadamente.

Y atemporalmente llego a la conclusión de que la calidad que da, para mi, solo merece la pena en pantalla grande. Incluso ahí, ¿cuántos cines disponen de proyección 4K? la mayoría sólo tienen 2K. ¿Dónde se va a ver principalmente el contenido? Respuesta fácil: internet. Ok. Pero Internet es cierto que cada vez es una «pantalla» más hetereogénea, puedes ver vimeo en el móvil, en el portátil, en la pantalla de 23 pulgadas del PC, o en la de 40″ de la smartTV. Aun así… ninguna de esas pantallas es 4K. Y más aún, cuando consigan que todo sea 4K, realmente apreciaremos en la mesa de nuestro estudio la diferencia entre FullHD y 4K? sinceramente creo que no, osea sí que se apreciará, igual que se aprecia la diferencia entre una pantalla retina de un MacBook Pro y otro que no, pero merece la pena? Creo que sigue siendo más importante la dirección de fotografía clásica, los gastos en ópticas, en luz, en planificación (que es tiempo) que en resolución.

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Muchos dirán (mi vocecita consumista también) que el 4K aunque no vaya a terminar emitiéndose en 4K sirve por ejemplo para reencuadrar. Sí, cierto. Pero ello deriva en el mal de nuestra generación digital. Como podemos grabar supuestamente todas las tomas que queramos sin coste (no como con el celuloide) pues se planifica menos, se pone la cámara en muchos sitios y luego ya en pospo se elige. Así si se puede recortar la imagen… pues nos despreocupamos del encuadre, total es 4K y se pueden sacar cuatro composiciones de 1080… Perdemos la capacidad de destilación, buscar, filtrar, repensar la imagen que mejor transmita la historia o emoción que queremos trasladar.

Así mismo también ayuda a la hora de realizar estabilizaciones de postproducción donde el software aplica un zoom automático. Cierto, pero de nuevo estamos perdiendo capacidad de hacerlo «bien» en el momento, calentarnos la cabeza en preproducción para saber dónde vamos a colocar la cámara y que no vibre, o cómo vamos a realizar ese travelling sin que (antes de pospo) parezca que el operador es un adolsecente tembloroso ante Scarlett Johansson haciéndose uno de sus selfies. En definitiva, es tratar de cuidar el trabajo desde el principio. Los cojines, los algodones tecnológicos nos acomodan y nos impiden estar en forma.

Por otro lado, creo que el 1080 es perfecto y cubre un espectro de calidad enorme, repito: para el 95% de las producciones. Es más, me atrevería a decir que para uso doméstico la calidad del DVD ya era soberbia. Mi triste experiencia hablando de DVDs fue que mi cortometraje «17 del 7» se rodó con RedOne (4K), el no va más de aquel momento (2010) el coste de aquella decisión fue de unos 4.000 € en fotografía (cámara, ópticas, focos, eléctricos, etc…) Obviamente el resultado fue fantástico, pero, pero, pero… ¿dónde se vio el corto?en unos 60 festivales, de ellos sólo uno proyectó, no ya en 4K, sino en HD, los otros 59 lo hicieron en… DVD. Sí, un corto rodado a 4096 x 2160 proyectado a 720 X 576. Obviamente que la calidad de la fotografía estaba ahí. Como digo, no es la resolución lo más importante de la fotografía, la disposición de la luz seguía siendo magnífica en DVD. Pero… ¿mereció la pena el sobrecoste de rodar a 4K? No. En aquella época yo no conocía del uso de las DSLR como cámaras de vídeo, pero hubiese preferido rodar con una 5D, y dedicar el dinero en más tiempo de rodaje por ejemplo, pasar de 3 días a 5 días de rodaje hubiese hecho mucho más redondo el corto, los fallos que ahora le veo se podrían haber evitado…  o quizás no, es difícil adivinar. Pero seguro que habría sido una experiencia más «profunda» y no tan correquetepillo.

No obstante no estoy en contra del 4K por aquella «mala» experiencia. Y tampoco es que este en contra del 4K, de lo que estoy en contra es de la desmesura de avances tecnológicos en la que nos vemos involucrados como creadores. Hay que cambiar de cámara cada tres años, de monitor, de ordenador, de programa de edición, saltar del 720, al 1080, al 4K, al 60 fps… Veo a profesionales «obsesionados» por estar a la última, renovando, y adquiriendo nuevos equipos, olvidando o perdiendo de vista el eje principal sobre el que ha de pivotar  nuestra profesión (ya seamos realizadores, productores, fotógrafos, actores, guionistas…) el JUEGO, la diversión y magia de crear, de inventar, de construir con luz y movimiento. Si la energía que se gasta comprando y acumulando nuevos «cacharros» se emplease imaginando, planificando y disfrutando de la grabación mágica (cómo cuando uno empezó) apuesto que ese material, aunque esté grabado con un móvil, merecerá la pena, llegará y aportará más que la imagen pluscuamperfecta pero vacua de un vídeo 4K sin «alma».

 

1 Comment
  • Felipe
    Posted at 12:29h, 13 diciembre Responder

    Comparato tu punto de vista.

    Creo que poner la atención en estar a la última en tecnología nos distrae y separa del acto creativo en sí.

    ¿Hasta que punto podemos o debemos mantenernos al margen de los requerimientos de la industria?

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