Este es el segundo videoclip que nos encargaron los productores de la artista María Acosta. Es un videoclip peculiar, pues la grabación del audio de la canción también se realizó en ese momento, por lo tanto tiene mezcla de videoclip y realización de un directo. Estéticamente se trató de trasladar a la imagen la apuesta sonora de dejar a María cantar únicamente acompañada de un piano. Así, se apostó por el blanco y negro y la pantalla partida como representación de esa dualidad.